miércoles, 27 de junio de 2012

Las plazas de toros de Marchena


Siempre ha existido en la localidad de Marchena una buena afición taurina. En sus campos pastaban y siguen pastando ganaderías de renombre. Durante mucho tiempo, prácticamente desde el siglo XVI, no hubo fiesta, ni acontecimiento relevante en Marchena que no fuese precedido de corridas de toros.

En el siguiente artículo vamos a intentar recorrer las diferentes plazas que han vertebrado la historia taurina marchenera. Para ello nos detendremos sólo en las plazas de fábrica, dejando de lado las denominadas como plazas portátiles que se han ubicado históricamente en diferentes emplazamientos de nuestra población.

La Plaza Ducal

El patio de armas del palacio de los Duques de Arcos, Señores de Marchena, fue escenario de las corridas de toros desde el referido siglo XVI hasta finales del siglo XIX, prácticamente coincidiendo con el comienzo del pasado siglo XX. Tradicionalmente esta plaza es conocida en Marchena como la “plaza de arriba”.

En ella actuaron afamados diestros, además de Mazzantini, los famosos espadas “El Guerra”, “Fuentes”, los “Bombas” o “Pepete”. También actuó en ella el diestro natural de Marchena apodado “Jaqueta”, enemigo de “Lagartijo”, que en ciertas ocasiones sustituía la muleta por un reloj de cadena, de forma temeraria.

En dicha plaza fue lidiado por el diestro Mazzantini el toro de nombre “Guijarrito” de la ganadería de Saltillo, fue corrido en la segunda corrida de la feria del año 1897. El animal tomó catorce varas y dejó nueve caballos muertos en la arena.


Plaza del “soberao”

Permaneció activa esta plaza entre los años 1901 y 1904. Estaba situada en las inmediaciones de la Plaza Ducal, concretamente en la zona de la carretera de los “poyetes”. La plaza estaba realizada en madera principalmente y contaba con una capacidad para 2.500 personas.

Esta plaza fue el escenario de grandes actuaciones del novillero local, Ignacio Laza Martín, cogido mortalmente en la plaza de Zaragoza en el año 1903. También actuaron en esta plaza toreros como Antonio Montes, Félix Velasco o Miguel Báez “Litri”, abuelo del actual, y fundador de esta dinastía torera onubense, el cual fue herido de gravedad en esta misma plaza.


Plaza de Don Carlos Muñoz

Se inauguró en el año 1907, permaneciendo activa hasta el año 1924. Estaba situada junto a la Iglesia de Santa María, contando con una capacidad para 4.000 personas. Fue construida con el material acarreado desde el antiguo palacio de los Duques de Osuna, que en esa época estaba siendo desmontado.

La apertura de este coso situado a la sombra de la emblemática torre de Santa María se debió a la iniciativa del empresario don Carlo Martínez. Después del año 1924 quedó abandonada hasta llegar al estado ruinoso muchos años después.

Su arena la pisaron los mejores maestros del momento: Rodolfo Gaona, Rafael “El Gallo”, Manuel Martín Vázquez, Vicente Segura, Manuel Granero, “Cagancho” y por supuesto el legendario Joselito “El Gallo”, que actuó en dos tardes durante la feria del año 1917.



El primer cartel data del año 1924, último de actividad de la Plaza de don Carlos Muños, en él podemos observar anunciados toros de la legendaria ganadería de Miura y al genial matador de toros sevillano “Cagancho”.

El segundo cartel corresponde al año 1957, ya en la etapa de Plaza de don Félix Barba. El novillero que aparece anunciado con el nombre de Manuel Vilches, apodado como “El Carnicerito”, es el abuelo de nuestro amigo, Álvaro Pazos Vilches.

Plaza de don Manuel Martín Barba

En el año 1957 comienza una nueva etapa para la afición taurina de Marchena. En lo que fue la huerta de Gavira, el empresario don Manuel Martín Barba construyó una singular plaza de madera, levantando nuevamente la afición en Marchena. Contaba con 3.500 localidades.

La plaza permaneció activa hasta su desmantelamiento en el comienzo de los años sesenta, cuando el terreno fue vendido para realizar viviendas.

Durante tres años Marchena goza de festejos taurinos en sus principales festividades, ya sean ferias, o días señalados como la Pascua de Resurrección, Corpus Christi o el día de la Virgen del Rosario.

Por tan singular ruedo pasaron toreros y rejoneadores de fama, destacando; “Mondeño”, Diego Puerta, Curro Romero, Rafael de Paula o Ángel Peralta.

Además durante las diferentes etapas anteriormente referidas, actuaron en las diferentes plazas de Marchena los diestros locales: Luis Muñoz “El Marchenero”, inventor del lance por “marcheneras”; Joaquín Navarro “Quinito”, Manuel García “El Cano”, Miguel “Salbochea”, “Hilacho”, Manuel Jiménez Pastor; además de los diestros referidos con anterioridad.
Cartel de la feria de 1912

GONZALO LOZANO

martes, 26 de junio de 2012

D. José Tomas Montes Álvarez, nuevo párroco de San Juan Bautista de Marchena



El arzobispo de Sevilla ha dado a conocer los nombramientos y traslados que constituirán los nuevos destinos pastorales de diversos sacerdotes a partir del próximo curso pastoral.

En su inmensa mayoría, los titulares de estos oficios eclesiásticos tomarán posesión canónica de los mismos en la primera quincena de septiembre.

Destacar el nombramiento de José Tomás Montes Álvarez, como Párroco de San Juan Bautista de Marchena y de Juan Ramón Gallardo Soriano, como Párroco emérito de ésta.

miércoles, 6 de junio de 2012

Marchena se engalana para la festividad del Corpus Christi



La Plaza Ducal, recuperada para la procesión el año pasado, se vuelve a convertir en centro de las miradas de todos los visitantes

La Banda Villa de Marchena acompañará de nuevo el discurrir de la custodia de
Alfaro por las calles de la localidad.

 
El pueblo de Marchena ya se engalana para celebrar la festividad del Corpus Christi, que como es tradición en localidad de la Campiña sevillana, se celebra (D.m.) el próximo jueves, día 7 de junio; cuando el Santísimo Sacramento llegará a las casas de los vecinos bajo la pieza de orfebrería más valiosa de la localidad y una de las más importantes del país, una custodia diseñada y realizada en plata sobredorada por Francisco de Alfaro ya a principios de 1575, anterior inclusive a la que procesiona en la capital andaluza.

El cortejo, que saldrá de la Parroquia de San Juan Bautista de Marchena, organizadora de la procesión, en colaboración con el Consejo de Hermandades y Cofradías de Marchena y el Ayuntamiento de la localidad, al finalizar la misa que comenzará a las 08,00 horas.

Este año, como así sucediera el año pasado, la procesión del Corpus Christi discurrirá al salir por Cristóbal de Morales, Plaza de Miguel de Cervantes, Plaza Ducal, Carreras, Las Torres, Plaza de San Andrés, Florida, Huerta Gavira, San Sebastián, Obispo Salvador Barrera, Santa Clara, Menéndez Pelayo, San Sebastián, San Francisco, Doctor Salvador Gallardo, Cristóbal Colón y Padre Marchena, teniendo prevista su entrada de nuevo en la parroquia aproximadamente a las 12,00 horas.

De nuevo este año la comitiva, que transcurrirá por calles y plazas engalanas para la ocasión por el Grupo Parroquial Sacramental de la San Juan, el Ayuntamiento y los vecinos de las mismas, la inicia el grupo de ‘Niños carráncanos’, encargados de “arrancar” la solemne procesión; custodiados por un pertiguero.

A continuación, la Cruz Parroquial de la Matriz, conocida como ‘Cruz rica’, realizada por Francisco de Alfaro en el siglo XVI, tras la que aparecerán los niños de primera comunión, que portarán tres estandartes representativos de sendas parroquias marcheneras.

Este primer tramo, después de los fieles en general, lo cierra el paso del ‘Niño Hermoso’, que presenta una talla de Jesús infante, procedente del convento mercedario de San Andrés, bajo templete dorado del siglo XIX, de la Parroquia de San Sebastián, custodiado en sus cuatro esquinas por el tetramorfo --símbolos que representan a los evangelistas--. Este paso va alumbrado por cuatro candeleros de plata realizados también por Francisco de Alfaro en el siglo XVI.

A continuación se sitúa la seña de la Sacramental de la Matriz, y tras la misma las representaciones de las Asociaciones Religiosas de nuestra localidad situada por orden de antigüedad. En concreto, Madre de Dios de la Merced, Amigos de Santa Isabel de Hungría, Agrupación Parroquial Mariana de Ntra. Sra. del Rocío, Unión Eucarística Reparadora, Corte de Honor de Nuestra Señora del Pilar y Asociación de la Medalla Milagrosa; cerrando la bandera Concepcionista de la Matriz de San Juan, escoltada por cirios votivos.

Posteriormente aparece la reliquia de San Juan Grande. Gracias al Reverendo Padre D. Antonio Ramírez Palacios, párroco de San Sebastián Mártir, la reliquia acompañará un año más la procesión para la veneración de los fieles. A continuación, y después del cuarteto de capilla, aparece el segundo paso, ‘Inmaculada Concepción’, que presenta una imagen de candelero, que perteneció a la congregación de las Hijas de María y que actualmente es propiedad a la Hermandad del Señor de la Humildad.

El paso va alumbrado por candelabros de guardabrisa, en madera dorada, pertenecientes a la Hdad. del Dulce Nombre de Jesús y sobre peana de la Hdad. del Stmo. Cristo de San Pedro.

GUIÓN SACRAMENTAL

Tras el paso de Nuestra Señora y abriendo el tramo de la Custodia de Alfaro, aparece el guión sacramental de la Iglesia Matriz de San Juan Bautista, para dar paso a las Hermandades y Cofradías de las villa, según orden que viene siendo habitual, Hermandad de San Isidro Labrador, Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Paz, Hermandad del Señor de la Humildad, Hermandad del Dulce Nombre de Jesús, Hermandad de la Santa Vera Cruz, Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Hermandad del Santísimo Cristo de San Pedro y Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad. Tras ellas la representación de la Adoración Nocturna Masculina y Femenina de Marchena con sus banderas.

Cerrando este tramo se sitúa la Junta Superior del Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Villa. A continuación, aparece la reliquia de San Sebastián, patrón de la localidad, compuesto por un templete estilo rocalla dorado, procedente del convento de la Purísima Concepción rematado por una cruz triunfante. Dentro del mismo, se encuentra el relicario de plata que porta la reliquia de nuestro patrón; procedente de la Parroquia de San Sebastián.

‘El pertiguero de la Matriz’, con libro y pértiga de plata, precede al estandarte sacramental, obra de tisú de plata bordada en oro a realce del siglo XIX. Las congregaciones de las Hermanas Religiosas de nuestra localidad acompañarán de nuevo la procesión del Santísimo Sacramento, justo delante del coro de la parroquia.

PIEZA DE 1575

Un cuerpo de acólitos de 6 ciriales, 2 acólitos turiferarios, 2 navetas y 2 pajes, y un pertiguero abren el paso de la ‘Custodia’. Es la pieza de orfebrería más valiosa de la localidad y una de las más importantes de nuestra patria, está diseñada y realizada en plata sobredorada por Francisco de Alfaro ya a principios de 1575, anterior a la Custodia de la Catedral de Sevilla. Presenta una colección iconográfica que resume la historia de la salvación desde los precursores, los grandes personajes del Antiguo Testamento, que prefiguran a Cristo y a la Eucaristía y por el camino de la virtud prolongan la esperanza de la salvación hasta el Bautista, verdadero gozne entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, patrono de la Iglesia Matriz.

El segundo cuerpo esta dedicado a la Iglesia triunfante, rodeada de los difusores de la fe cristiana --evangelistas y padres de la Iglesia-- y apoyada sobre la pasión de cristo representada en el plinto. El interior se dedica a la eucaristía en su cuádruple función: viático, ágape, sacrificio y conmemoración pascual.

Todo el conjunto se remata finalmente con la figura del resucitado, cristo triunfo sobre el templete circular --símbolo del sepulcro-- concluye la historia de la salvación y la actualiza.

El cortejo del Corpus Christi no acaba con el paso de la custodia, pues después de su pasar figura la Presidencia Eclesiástica de la Comitiva, ostentada por el párroco de la Parroquia Matriz, acompañado por los demás párrocos de la localidad y una representación de los Padres Mercedarios Descalzos, del mismo modo que si hubiese presencia de algún otro sacerdote.

A continuación figuran las representaciones del Ayuntamiento bajo mazas, con el Excmo. Sr. Alcalde al frente. Los mandos de la policía local con traje de gala cierran la representaciones y tras ellos la banda de música, que este año por primera vez será la Municipal de Marchena.

La organización invita a los niños que hayan recibido la primera comunión en este año a participar en la procesión, debiendo estar a las 08,45 horas en la Casa Fábrica.




La forma de llevar el paso de la custodia, en la procesión del Corpus Christi de Sevilla

La fiesta del Corpus Christi fue instituida por el papa Urbano IV en el año 1264, sin embargo la celebración no fue acogida por toda la Cristiandad, a causa de problemas internos en muchos países. Será a partir del Concilio de Trento (1545 – 1563) cuando el hecho de sacar procesionalmente a la Eucaristía cobrará una nueva dimensión. En el referido concilio queda establecido que el culto eucarístico se celebrase: “con tanto esplendor y tanta alegría, que sirva para reflexionar a los separados”.

La fiesta del Corpus se celebró por vez primera en España en el año 1280 en la ciudad de Toledo. Dos años después, en 1282 se celebró en Sevilla. Durante el siglo XV su celebración se había generalizado y popularizado en todos los reinos españoles. La fiesta del Corpus está unida de forma inevitable al surgimiento de los autos sacramentales, que se representaron durante mucho tiempo, alcanzando su máximo esplendor durante los siglos XVI y XVII.

La celebración del Corpus Christi era en muchos lugares la festividad más importante del calendario cristiano. Desde Roma se alentaron las grandes celebraciones litúrgicas que contrastaban con la austeridad de las prácticas protestantes. Los españoles sumaron a la adoración de la Eucaristía una serie de festejos que convirtieron la celebración del Corpus Christi en nuestro país en algo único.

Las procesiones solemnes no eran más que una representación del poder de la Iglesia; en ellas figuraban con la mayor pompa las autoridades civiles y militares, el clero, los gremios, las parroquias, presidido todo por la custodia, en la que se situaba el cuerpo de Jesús Sacramentado.

No existe constancia documental suficiente de la celebración de la fiesta del Corpus Christi en Sevilla hasta mediados del siglo XV. Durante la segunda mitad de este siglo, al menos desde 1454, el cuerpo de Cristo se llevaba en un arca de madera, a semejanza del Antiguo Testamento. Hasta comienzos del siglo XVI no decidió el Cabildo Catedral sustituirla por una custodia en plata, que fue realizada entre los años 1504 y 1506. Sin embargo no debió satisfacer su realización, ya que se encargaron sucesivamente otras a lo largo de la primera mitad del siglo XVI.

A causa de que las custodias debieron ser paulatinamente cada vez más monumentales, es por lo que tuvo que ser llevada procesionalmente en un carro. Este hecho de llevar la custodia sobre ruedas no sólo está justificado por su peso y dimensiones, sino tal vez por la dinámica general de la procesión, ya que en el cortejo desfilaban otros carros. Entre ellos figuraba la “roca”, que era una plataforma sobre la que se disponían una serie de personas disfrazadas.

“La procesión del Corpus”. Manuel Cabral Bejarano, 1857.

El año 1587 fue decisivo para la historia del Corpus sevillano. Después de siete largos años, fue entonces cuando salió por primera vez procesionalmente la monumental custodia realizada por el platero Juan de Arfe, siguiendo el programa ideológico e iconográfico realizado por el canónico y tratadista Francisco Pacheco. La nueva custodia tiene cuatro cuerpos, mide 3,80 metros y pesa 435 kilos, teniendo en cuenta la reforma del año 1668, tras la cual su peso aumento en 113 kilos.

Como consecuencia de la presencia de la nueva custodia, el Cabildo Catedral se vio en la necesidad de tener que tomar una serie de decisiones. El Cabildo se celebró el día 9 de enero de 1587. En primer lugar se decidió que la custodia fuera llevada a hombros por una cuadrilla de hombres, lo que planteaba tener que elegir qué colectivo llevaría el paso. Se planteaba igualmente la necesidad de un capataz que mandase el paso, y el diseño de una parihuela para llevar a la custodia, para lo cual se formó una comisión.

El colectivo elegido para portar el paso de la custodia durante la procesión, fue el de los miembros de la Hermandad de Nuestra Señora de la Granada, instituida en la capilla del mismo nombre, situada en el Patio de los Naranjos. Se trataba de cargadores del muelle, que trabajaban en la Gran Compañía del río. Estos primeros costaleros fueron inicialmente doce y percibieron ese primer año de salida la cantidad de 1 ducado cada uno, además de invitarles a almorzar. Para la procesión se les hizo unas botas de badana que costaron 11 reales el par.

Paso de la custodia durante la procesión del Corpus Christi. 1647.

El primer capataz del paso de la custodia fue el carpintero de la catedral Pablo de Torres, que cobró la cantidad de 6 reales por la realización de su trabajo. En el Libro de Adventicios de la Catedral encontramos la siguiente nota (nº293.Fol 54 vto. – 55.) “A Pablo de Torres, porque fue gobernando a la gente que llevó a la custodia, seis reales”. En el año 1590 sabemos que el capataz era Pedro Sánchez, quien contaba con dos cuadrillas que se relevaban cuatro veces durante el recorrido. Los costaleros percibieron ese año la cantidad de 15 rs, cada uno. En un expediente del Archivo de la Catedral encontramos un interesante manuscrito que hace alusión a la procesión del Corpus “Llévanle en hombros catorce hombres los cuales se remudan cuatro veces a diferentes trechos de la procesión del Corpus”.

El documento gráfico más antiguo que se conoce de los costaleros del corpus sevillano, fue descubierto en el Archivo catedralicio por el profesor Teodoro Falcón, el cual lo atribuye a Lucas Valdés a finales del siglo XVI. Se trata de un dibujo realizado sobre papel, con pluma y aguada marrón y roja. Al del documento aparece una leyenda en italiano “Facchini che conduceno la Custodia del Santisimo Sacramento nella processione che si fa ni Siviglia il giorno del Corpus Domini”, cuya traducción es: “Cargadores que llevan la Custodia del Santísimo Sacramento en la procesión que se hace en Sevilla el día del Corpus Christi”. Tradicionalmente a estos cargadores del paso de la custodia se les conocía en aquella época como los “facchinis”.

Los “facchini”. Documento perteneciente al Archivo de la Catedral.

Según el padrón de la ciudad de Sevilla en el año 1665 los cargadores del muelle suponían casi el 50% del ramo del transporte. Pero lo más significativo era el elevado número de inmigrantes que lo componían. Los primitivos cargadores del paso de la custodia durante la procesión del Corpus Christi, eran en su mayoría foráneos de Sevilla, asturianos, vascos, alemanes, italianos… y eran conocidos por el vulgo como “gallegos”. El hecho de que hubiese diferentes lugares de procedencia dentro de los cargadores, no choca con el término gallego, ya que este no es una denominación geográfica sino gremial que agrupaba entorno a ella a los denominados como mozos de cuerda o esportilla que eran los encargados de realizar los trabajos de fuerza y carga de la ciudad.

La historia de estos cargadores profesionales ha quedado impregnada en la nomenclatura del callejero del centro de la ciudad, calles como Placentines, Francos o Alemanes, no son más que el legado de estos personajes que tradicionalmente se dedicaban a los trabajos de carga y transporte. Estos gallegos vivían en unas condiciones infrahumanas, hacinados en los corrales del entorno de la plaza del Salvador, lugar de parada habitual de estos hombres, concretamente en los soportales de la plaza del Pan.

El hecho de que el paso de la custodia fuera llevado por costaleros no fue bien visto por los sectores más conservadores de la ciudad, algo que sigue siendo habitual en multitud de circunstancias, a pesar que desde el primer momento la acompañaban veinticuatro sacerdotes revestidos, que simulaban llevarla. En el primer tercio del siglo XVII uno de los principales defensores de esta forma de llevar la custodia fue el abad Alonso Gordillo. A lo largo del siglo XVII continuó la tradición de que los trabajadores del puerto siguieran llevando la custodia. En el año 1622 se abonó a Cristóbal Merino y compañeros, trabajadores de la palanca, por el trabajo de llevar la custodia 29,920 mrs. Del mismo modo estos miembros de la Hermandad de Nuestra Señora de la Granada seguían teniendo enterramiento en la capilla.

Resulta cuanto menos curioso como continuadamente se hace referencia al trabajo de los cargadores con los hombros, cuando se tiene constancia documental desde el siglo XVI de la utilización de costales por los cargadores del paso de la custodia de Sevilla, como se aprecia en el documento descubierto por el profesor Falcón. El trabajo no se efectúa sobre los hombros como se nos refiere continuadamente, sino sobre la cerviz, ayudándose en este caso de un elemento textil, como es el costal, que permite fijar el trabajo y por otro lado evitar el roce de la piel con la madera de la trabajadera.

La custodia del Salvador portada por costaleros en el Corpus del año 1916

El paso de la custodia en uno de los últimos años en que fue portado por una cuadrilla de costaleros, a su paso por la plaza de San Francisco.

Los miembros de la Hermandad de Nuestra Señora de la Granada fueron los encargados de llevar el paso de la Custodia en la procesión del Corpus Christi hasta el año 1925. Ese mismo año pocos días después de la celebración de la procesión, concretamente el día 23 de mayo, el Cabildo Catedral decidió emprender algunas reformas. Además de algunas modificaciones en el paso, se autorizó también a los señores mayordomos para que hicieran las gestiones necesarias, a fin de procurar para su transporte un personal más serio y selecto.

Desde el año 1926 la persona encargada de sacar el paso de la custodia será el capataz trianero Eduardo Bejarano Vélez, junto con su cuadrilla de costaleros, entre los cuales se integraba el legendario capataz Rafael Ariza Aguirre, que trabajaba el paso en el zanco izquierdo delantero. También se incorporó como capataz del paso de la Virgen de los Reyes, ya que el cargo era el de Capataz Mayor de la Catedral. Este será el capataz del paso de la custodia hasta la sustitución de los costaleros por las ruedas en tiempos del cardenal Illundaín, uno de los más nefastos que ha tenido la ciudad.

El 14 de abril del año 1931 se proclama en España el gobierno de la II República, con lo que ello suponía para el estamento eclesiástico en general. La situación de inestabilidad social junto a las ganas que desde hacía tiempo tenían el cardenal de suprimir a los costaleros, como consecuencia del mal comportamiento de estos durante la procesión, determinó que se instalasen las ruedas en el paso de la custodia. Esta medida afecto igualmente al resto de los pasos del cortejo dependientes del Cabildo, cosa que no ocurrió con el paso del Niño Jesús al pertenecer a la Hermandad Sacramental del Sagrario, por lo que este paso siempre conservó los costaleros.

En los años sucesivos se produce el Alzamiento y la posterior Guerra Civil que asoló a España. Durante estos años el Santísimo fue llevado en manos del cardenal, bajo palio, generalmente por el interior de la catedral y de forma excepcional por la lonja exterior. El jueves 8 de junio del año 1939 recién terminada la guerra el paso de la custodia volvió a salir a la calle, haciéndolo nuevamente con ruedas, tal como en la actualidad lo sigue haciendo.

Durante la década de los años noventa del pasado siglo XX, el Cabildo Catedral inició el proceso de sustituir paulatinamente las ruedas de los pasos del cortejo, por cuadrillas de costaleros. Asignando para ello cada uno de los pasos a una hermandad o grupo de estas. Sin embargo, a pesar de haberlo anunciado algunos medios informativos, el Cabildo Catedral aún no se ha planteado sustituir las ruedas de la custodia.

Lo único que nos queda claro después de toda esta andadura por la historia de los costaleros en el paso de la custodia, es que durante cerca de 350 años el paso de la custodia fue llevado por costaleros, hecho incuestionable que debería recuperar su tradición.

Esto sí que es todo un espectáculo para la vista, señor Arzobispo.

Seguidamente detallamos la entrevista publicada en el Correo de Andalucía en el año 2011, en la cual el Cardenal de Sevilla, Monseñor Asenjo, desvela su perecer acerca de la posibilidad del que el paso de la custodia volviera a ser llevado por una cuadrilla de costaleros.

"-¿Para cuándo la Custodia del Corpus con costaleros?

Responde:

-Es que... sería mezclar unas cosas con otras. Una cosa es la Semana Santa sevillana con sus peculiaridades y otra cosa es la procesión del Corpus, sobre la que tiene una responsabilidad inmediata el obispo y la Catedral. Yo no lo acabo de ver. Ciertamente, la tarea de los costaleros es hermosísima, es un honor el llevar sobre su cerviz la figura del Señor o de la Santísima Virgen, pero también tiene una pequeña connotación de espectáculo y yo no querría que eso se trasladara a la procesión. La procesión del Corpus es una cosa de otra índole. Ahí quien está presente no es una representación plástica del Señor o de la Virgen, sino que es el mismo Señor. Me gustaría que la procesión del Corpus se conserve con la piedad, la devoción y la unción religiosa con la que yo la he conocido en estos dos años.

No veo la Custodia con costaleros; tendría un punto de espectáculo".-

“La ruedas del paso de la custodia”, tradición histórica de la ciudad de Sevilla, que el señor Arzobispa intenta conservar.

Nuestro arzobispo, más que un obispo auxiliar, a estas alturas, lo que necesita urgentemente es un equipo de asesores, que lo auxilien, para evitar meteduras de pata de esta índole.

Espectáculo en la procesión del Corpus, ¡claro mi arma! eso es lo que invento la Iglesia en el Concilio de Trento…

De verdad, nuestro arzobispo necesita rodearse como nuestros políticos de un equipo de asesores, que lo informe, que lo oriente, antes de tirarse a la piscina. Sigue resultado inconcebible, que la custodia sea llevada por un extraño artilugio con ruedas.

Probablemente estaremos todos equivocados y un armatoste con ruedas neumáticas, amortiguadores y volante llama más al recogimiento y la introspección, además de no ser ningún espectáculo, claro señor Arzobispo, porque eso como verdadera mente se llama aquí en Sevilla es “dar el espectáculo”. Además se celebran en Sevilla Corpus desde tiempo inmemorial, como son el Corpus de Triana, la Magdalena o San Bernardo… y todas sus valiosísimas custodias con su Divina Majestad, van con costaleros y aquello precisamente no es ningún espectáculo.

GONZALO LOZANO