lunes, 25 de febrero de 2013

BEAUFORT. Joaquín Moeckel. "San Pedro puso cordura en el Via Crucis de la FE"



BEAUFORT. No se trata de un Obispo del XVIII. Tampoco se trata del apellido de un hermano mayor de origen francés, pese a que su traducción literal sería algo así como hermoso y fuerte (débil está la cosa ahora). Ningún Presidente del Consejo de Cofradías con ese apellido ocupo tan alto cargo. Se trata de Sir Francis Beaufort un hidrógrafo irlandés creador de la Escala Beaufort para medir la intensidad del viento. Dicen los marinos que después de arbolada (elevarse mucho las olas) la mar pasa a confusa, grado 10 de la escala de Beaufort.

Es ese un instante donde aguas y vientos se anulan mutuamente de manera que, sin una dirección clara, se impone el desconcierto. La visibilidad es bastante mala y la superficie comienza a emblanquecer. En tierra aparecen daños importantes, la navegación a partir de esa situación es imposible y hay que capear el temporal. Ni el capitán ni la tripulación saben muy bien que rumbo tomar, si poner toda avante o seguir a la capa. No se sabe muy bien si el temporal pasó. Algo parecido ha acontecido la semana pasada con ocasión de la no-celebración del Vía Crucis Magno. Hay zozobra o un sentimiento parecido en la gente que no entiende nada de lo sucedido.

La no-tormenta ni lluvia ni ná de ná del domingo pasado amenazaba con llevarse por delante al presidente y al propio Consejo por el esperpento dado y cuasi retransmitido en directo con televisión incluida. El envite ha sido duro, ha dejado a mucha gente descompuesta y ha puesto al descubierto que los inventos con gaseosa nunca salen bien, aunque lo idee el que manda. El desconcierto llegó por una simple amenaza de lluvia sin temporal ni huracanes. Menos mal que San Pedro mandó parar. Mejor así. Me gustan los pasos en Semana Santa, con música y en movimiento. No están ideados para Vía Crucis, sin música y aparcados en una calle.

Diario ABC