lunes, 22 de junio de 2015

Los "Niños" de San Gonzalo

Vivimos en una tierra, en la que con demasiada frecuencia tendemos a confundir el mito con la realidad, pero en este caso que a continuación voy a contarles, nada más lejos de la realidad. 
Como consecuencia de la crisis, no irreversible según la mayoría de los que vivieron aquella época, que durante la década de los años setenta del pasado siglo XX atravesaban las cuadrillas de costaleros tradicionales que trabajaban habitualmente los pasos durante la Semana Santa sevillana, la Hermandad trianera de San Gonzalo, como tantas otras de la ciudad, se aventuró a formar su primera cuadrilla de costaleros no asalariados de cara a la estación de penitencia del Lunes Santo, aliviando de esta forma las maltrechas arcas de la Hermandad.

Todo arranca de la mano del añorado Juan Vizcaya Vargas, este hombre logra reunir un grupo de chavales del barrio, con afición e inquietud por el mundo del costal, la mayoría de estos chavales rondaban los 14 y 15 años de edad. Después de meses de trabajo, el día 19 de octubre del año 1974 Juan Vizcaya saca a la calle una cuadrilla no profesional para trasladar a la imagen de la Virgen de la Salud hasta la Parroquia de Santa Ana con motivo del Jubileo del Año Santo Compostelano. Para dicho traslado se utilizó el paso de la Pastora de Triana, teniendo el capataz de la cuadrilla Juan Vizcaya como ayudante a Manuel Garduño, actual capataz del paso de misterio de la Hermandad. 

El embrión de la cuadrilla de hermanos, devotos, y aficionados de la Hermandad de San Gonzalo había sido creado. Tras el éxito de la eventual cuadrilla, y pese a la presión que muchos hermanos ejercieron, la Junta de Gobierno desechó la idea de formar una cuadrilla de costaleros no asalariada de cara a la Semana Santa del año 1975. Por lo que las inquietudes de aquel grupo de jóvenes tuvieron todavía que esperar algún tiempo más.

El grupo siguió reuniéndose periódicamente hasta que finalmente el 13 de julio de 1975 se realizó el primer ensayo de la futura cuadrilla del Señor del Soberano bajo las órdenes del capataz Juan Vizcaya. Se ensayaba cada miércoles, y una vez al mes se realizaba una prueba real, consistente en llevar el paso hasta la Catedral y regresar luego hasta el barrio. La junta autorizó finalmente la salida de los jóvenes costaleros solamente en el paso de misterio, mientras que para el paso de palio la Hermandad contrató los servicios del capataz Máximo Castaño Lagares, tras el correspondiente acuerdo, se estipuló la cantidad de 1.800 pesetas por cada uno de los 30 hombres que calzaba el paso de la Virgen de la Salud.

 Fotografía nº1: Cuadrilla de “niños costaleros” de San Gonzalo en el año 1974. El único que aparece sin costal es el malogrado capataz Juan Vizcaya Vargas. 

Fotografía nº2: Primera cuadrilla de costaleros no asalariados de la Hermandad de San Gonzalo, Lunes Santo de 1976 en la Avenida de Coria al poco de salir la Cofradía. En el margen inferior derecho de la fotografía aparecen Juan Vizcaya y el escultor Luis Ortega Bru.

Y llegó aquel 12 de abril, Lunes Santo del año 1976. La salida de la cuadrilla de San Gonzalo supuso todo un acontecimiento para Triana. Ese día se estrenaban además el nuevo cuerpo del Señor, el cual completaba la nueva imagen del Soberano Poder, y la imagen de Caifás, ambas realizadas por el genial escultor e imaginero gaditano Luis Ortega Bru. 

Las dudas iniciales se resolvieron a favor de aquellos jóvenes nada más que superaron la difícil salida del templo. Pero cuando todos se las prometían muy felices apareció una invitada inesperada, la lluvia. La Hermandad se encontraba en el tramo comprendido entre las calles Castilla y San Jacinto, recordemos que en aquellos años el Puente de Isabel II se encontraba en obras y la Hermandad tenía que llegar a Sevilla por Chapina. Como consecuencia del inesperado aguacero los pasos tuvieron que refugiarse finalmente en la Parroquia de la O, antes el paso de la Virgen se había guarecido momentáneamente en la Capilla de la Estrella. De este modo el sueño de aquellos jóvenes costaleros quedaba momentáneamente frustrado.

Una vez en frío, la Junta de Gobierno tiene que replantear la situación, acordando sus oficiales el regreso de los pasos a su sede canónica la mañana del Jueves Santo 15 de abril, para de esta forma facilitar la salida al día siguiente de la Hermandad de La O. 

Aquél regreso al barrio fue algo impresionante, la cuadrilla dejó su impronta desde el primer momento, a las pocas horas toda Sevilla hablaba de los “niños costaleros” de San Gonzalo. Particularmente curioso aquél Jueves Santo por la mañana fue el hecho de que como la Banda de la Cruz Rojas tenía que salir en la Hermandad de los Negritos, la banda del paso de misterio, que era la Agrupación Musical de la Estrella de Dos Hermanas, fue la que acompañó al paso de palio en el regreso, sólo acompañó al misterio a la salida de la Parroquia de la O, donde interpretó la marcha Campanilleros y en la parte final del recorrido.

Fotografía nº3: El de misterio del Señor del Soberano Poder en el interior de la Parroquia de la O en compañía de los pasos de la Hermandad del Viernes Santo. 

Fotografía nº4: El paso de misterio del Señor del Soberano Poder saliendo de la Parroquia de la O la mañana del Jueves Santo del año 1976.

Cuando ya se preparaban los ensayos de cara al Lunes Santo del año 1977, un triste suceso convulsionó la vida de la Hermandad y de la joven cuadrilla. En el mes de octubre fallecía en accidente de tráfico Juan Vizcaya, capataz y creador de la cuadrilla de San Gonzalo. Por votación de la cuadrilla se decidió que su ayudante Manuel Garduño fuera el nuevo capataz, puesto que en la actualidad sigue ocupando. 

Desde aquel año 1977, y hasta hace realmente poco tiempo, la cuadrilla de costaleros del Señor del Soberano vivía un momento muy especial cada año cuando justo en el momento en el que el paso de misterio se encontraba en el dintel de la puerta para efectuar la salida, la madre de Juan Vizcaya se acercaba a Manolo Garduño y dándole dos besos, le entregaba dos claveles rojos diciéndole “estas son las manos de mi hijo”.
Fotografía nº5: Manolo Garduño Se dispone a levantar al Soberano, detrás del llamador aparecen sendos claveles rojos que simbolizan las manos del maestro Juan Vizcaya.

Por los infortunios de la vida Juan se fue de este mundo sin poder cumplir su promesa de llevar a su Cristo con sus “niños costaleros” hasta la Santa Iglesia Catedral de Sevilla, pero como el hombre propone y Dios dispone, el Dios de San Gonzalo dispuso que Juan crease una forma de andar diferente, una forma de pasear al Señor llena de sabor y pellizco, una forma de andar debajo de los pasos que en la actualidad se ha convertido en todo un referente dentro del mundo de la costalería en particular, y de la Semana Santa de Sevilla en general. 

Cuando Juan Vizcaya comenzó su trabajo con aquellos jóvenes su intención era la de formar una cuadrilla de hermanos, devotos, y aficionados para sacar los grandes pasos de misterio de Triana con un estilo propio y característico. Y al día de hoy parece que en cierta forma lo ha conseguido. Uno de aquellos niños costaleros, Bienvenido Puelles Oliver, con el tiempo Hermano Mayor de la Hermandad de San Gonzalo, compuso años más tarde en honor a su maestro la marcha para banda de cornetas y tambores Réquiem a Juan Vizcaya, todo un símbolo en la actualidad en la música de la Semana Santa de Sevilla, porque no hay banda de cornetas y tambores que no la tenga en su repertorio.

 Fotografía nº6: Partitura original de la marcha Réquiem compuesta en 1986 por Bienvenido Puelles Oliver.

GONZALO LOZANO